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Historia, naturaleza y aventura en el Camino Real a Tula

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Enclavado en lo alto de la Sierra Madre Oriental, el Mirador Altas Cumbres ofrece una experiencia única para los amantes de la naturaleza y la historia.

Este imponente sitio, ubicado a tan solo 8.9 kilómetros del centro histórico de Ciudad Victoria, en el ejido Altas Cumbres, se encuentra a más de 1,000 metros sobre el nivel del mar.

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Desde este punto privilegiado, los visitantes pueden disfrutar de paisajes espectaculares que combinan montañas, antiguas calzadas y una rica biodiversidad.

El mirador forma parte del altiplano tamaulipeco y está dentro de las 30 mil hectáreas que componen el Área Natural Protegida Altas Cumbres, declarada como zona especial sujeta a conservación ecológica (ZESCE) desde 1997.

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Este entorno natural invita a quienes buscan desconectarse del ruido de la ciudad, ofreciendo actividades como senderismo de dificultad moderada, avistamiento de aves y acampadas al aire libre.

Un camino con historia,
de la época colonial al siglo XIX

Más allá de su impresionante entorno natural, el Camino Real a Tula guarda en sus piedras porosas y antiguos arcos de estilo romano la memoria de un pasado que marcó el desarrollo comercial de Tamaulipas.

Según el cronista Francisco Ramos Aguirre, este camino fue durante el siglo XIX y principios del siglo XX la principal vía de comunicación entre Ciudad Victoria y el centro del país.

Eran las vías de comunicación con la capital, caminos que ya tenían una tradición desde la época colonial; sin embargo, su acceso era muy complicado y peligroso, pues los viajeros se enfrentaban a frecuentes ataques por grupos indígenas, relata Ramos Aguirre.

Originalmente conocida como el Viejo Camino a Tula, esta ruta era poco funcional para los viajeros hasta que, en 1890, el ingeniero José Duvallon modernizó su infraestructura y lo transformó en el Camino Real a Tula, mejorando significativamente la conectividad y el comercio de la región.

Actividades en el Camino Real a Tula

❦ El mirador y sus alrededores son un paraíso para los aventureros. Las opciones para recorrer sus senderos ofrecen una experiencia de dificultad moderada, ideal para quienes buscan un contacto cercano con la naturaleza.

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Los aficionados al avistamiento de aves podrán observar una gran variedad de especies endémicas, gracias a la privilegiada ubicación del mirador en un corredor biológico clave del noreste mexicano. 

El aviturismo ofrece una experiencia única de observación de aves en su hábitat natural, combinando fotografía, conservación ambiental y desarrollo sustentable, con un gran potencial para el turismo nacional e internacional.

Además, la posibilidad de acampar convierte esta visita en una oportunidad perfecta para disfrutar de la tranquilidad nocturna, rodeados de un paisaje montañoso sin igual.

Conservación y turismo responsable,
el corazón del Camino Real a Tula

❦ Al formar parte de la Zona Especial Sujeta a Conservación Ecológica Altas Cumbres, este lugar requiere de un manejo turístico responsable. El objetivo es preservar sus recursos naturales y su valor histórico para las futuras generaciones. Los visitantes deben seguir las recomendaciones de las autoridades locales, como no dejar basura, respetar la flora y fauna, y evitar alterar el entorno natural.

El Camino Real a Tula no sólo es un destino turístico, también un recordatorio viviente de los tiempos en que las carretas y viajeros atravesaban arduos senderos para conectar a Ciudad Victoria con el resto del país.

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Hoy, convertido en un espacio que combina historia, aventura y conservación, invita a locales y visitantes a explorar el pasado mientras disfrutan de la majestuosidad de la naturaleza tamaulipeca.

Si buscas una experiencia diferente, que mezcle paisajes de ensueño, una historia fascinante y la emoción de la aventura, el Mirador Camino Real a Tula es el lugar ideal.

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